viernes, 13 de febrero de 2015

La huella blanca - Ana B. Nieto

¡Hola! Hace semanas que no escribo ninguna reseña, así que hoy tengo la de La huella blanca, el primer libro de la trilogía de Niño robado por la española Ana B. Nieto.
Tengo este libro pendiente desde hace bastante tiempo, pero al fin lo leí y tengo que decir que me encantó.      

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En el sur de la Irlanda del siglo V, más específicamente en la provincia de Mumu (actual Munster), se encuentra la Llanura del Cisne. En ella habitan los Necht, una tribu que está atravesando una guerra contra sus vecinos los Barr. 

Bróenán, el rey de los Necht, lucha y vence hasta al último Barr, incluyendo a Cathal, su rey. Pero cuando está a punto de irse escucha un llanto de bebé proveniente de una de las casas destruidas. Al entrar se encuentra con un bebé de pelo negro y grandes ojos azules. Es el hijo de Cathal, que ahora es huérfano. Bróenán decide llevárselo a su tribu y adoptarlo como su hijo.

En la Llanura, la gente pronto desaprueba la llegada de este niño robado, que es bautizado de forma despectiva como Ciarán, que significa pequeño moreno. Este nombre es puesto por su abuela adoptiva, la madre de Bróenán quien no quiere al niño en la tribu debido a su propio odio hacia los Barr. Se niega a compartir casa con ese pequeño moreno y es en consecuencia echada de la casa por su hijo. Antes de marcharse, le echa una maldición al bebé diciéndole "Que no tenga descendencia ni parientes. Que sea abandonado y extinto". 

Los años pasan y Ciarán es consciente de que la gente habla de él a sus espaldas. Lo llaman el niño de los otros, aunque él no sabe ni siquiera a qué otros se refieren. Es un muchacho bastante solitario, con la única compañía de su caballo Cuchillo Negro y de su mejor (y única) amiga, Olwen. 
Con los años esa amistad que los une se va transformando en algo más, y cuando Olwen y Ciarán tienen catorce y quince años respectivamente, se juran que se van a casar algún día. 

El problema es que el niño de los otros no es el único interesado en Olwen. También está Diarmait, su primo tercero que al igual que todo el pueblo, sabe la verdad sobre su verdadero origen aunque no está autorizado a decírselo. Esto generará durante años continuos roces entre ellos por el amor de la chica. 

Cuando Ciarán finalmente se entera de quién es, se enfrenta a Bróenán y luego se monta en su caballo y huye hacia Caisel, la capital de la provincia. Él ya había visitado el lugar anteriormente y había tenido la oportunidad de demostrar sus dotes como jinete en una carrera, ganándose el apodo de Hijo de Macha, la diosa de los caballos. Debido a su destreza, el rey lo invitó a regresar cuando quisiese.

Si bien antes de irse le promete a Olwen que volverá en poco tiempo, diferentes circunstancias los mantendrán alejados por casi tres años: En la Llanura, Diarmait quiere a Olwen sólo para él, mientras que Ciarán se convertirá en caballero y luego en un pirata traficante de esclavos, lo cual lo llevará a la isla de Gran Bretaña. 

En uno de sus viajes a Gran Bretaña, Ciarán secuestra a un joven noble llamado Patricio, que es vendido como esclavo a unos granjeros al norte de Irlanda. Este joven, hijo de un diácono, en un futuro se convertiría en el santo patrón de Irlanda y quien llevaría el cristianismo a la isla: San Patricio. 

En este libro uno se mete de lleno en la Irlanda celta, en donde se mezcla lo real con lo místico, lo mortal con lo divino. Es una historia épica con mucha acción (peleas de espadas y toda la cosa), aventura y romance. 

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La huella blanca me gustó por muchas razones: Para empezar, está lo mucho que me gusta la ficción histórica, además de que nunca había leído algo ambientado en el mundo celta (excepto cuentos), por lo que no tenía mucha idea de como funcionaba esta sociedad ni estaba familiarizado con la mitología celta, así que todo fue bastante nuevo.

Hay algunas similitudes entre este libro y Tres Espejos, como el tema de los protagonistas enamorados desde su juventud que se ven obligados a separarse por varios años debido a un hecho violento y hay personajes que son piratas. Ambos libros me encantaron por la cantidad de aventuras por la que pasan sus personajes y por el mensaje de que el amor sobrevive a pesar del tiempo, aunque eso no transforme la obra en una historia romántica.

Se tratan además en la historia las relaciones familiares entre padres e hijos, entre amigos, la fuerza de las supersticiones y la mezcla cultural entre entre cristianos y celtas, habiendo personajes irlandeses y británicos que son cristianos (principalmente en Gran Bretaña, debido a la influencia romana).

En resumen (ya que me di cuenta de que me quedó un poco larga la reseña), si te interesa saber como vivían los antiguos celtas y/o querés leer una historia con acción, romance y fantasía, este es tu libro. 

La segunda parte de esta trilogía es Los hijos del Caballo y salió a la venta el 14 de enero de este año.

PD: Casi se me pasa por alto, pero resulta que Ciarán y yo tenemos el mismo cumpleaños: 24 de abril, aunque él nació... unos 1587 años antes. 


Emiliano Sánchez