sábado, 7 de enero de 2017

De libro a película: La chica del tren

¡Buenas noches a todos! Hoy vengo con la primera entrada del 2017, que relaciona el mundo cinematográfico con el literario a través de la adaptación de la novela debut de Paula Hawkins llamada La chica del tren, un thriller psicológico que causó furor en el 2015 cuando fue lanzado, lo que llevó a que fuera llevado a la pantalla grande a solo un año de su publicación.

En diciembre fui al cine a verla tras haber esperado semanas para poder ir ¿Que por qué tenía ganas de verla? Porque el año pasado leí el libro (dos veces, una en español y otra en inglés para el liceo) y me en-can-tó. Bueno, no es que el libro en sí sea tan bueno, pero es que el final me ganó 100% y después quedé loco. Es la única parte realmente emocionante del libro, para ser honestos. El resto sirve más bien para construir el escenario de la historia para que al final todo se de vuelta y no entiendas nada.

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La trama, de tanto el libro como de la película se centra en Rachel: una mujer de treinta y tantos años que lleva divorciada ya un par de años de su (ahora ex) marido Tom, a quien descubrió engañándola con otra mujer con la que, luego de haber dado por terminado su matrimonio con Rachel, se casó y tuvo una hija. El matrimonio con Tom venía desmoronándose desde hacía tiempo por dos razones: la primera, la esterilidad de la protagonista; y la segunda, su alcoholismo. Lo peor es que su problema con el alcohol la llevaba a tener frecuentes lagunas mentales en las que no tenía idea de lo que pasó, que hizo, con quien estuvo, etc.  

Como se podrán imaginar, tras una situación así Rachel no se encuentra en su mejor momento. Aún tras el divorcio sigue usando el apellido de su marido, vive en el cuarto de invitados de la casa de una amiga y su problema con el alcohol no hace más que empeorar, trayendo consigo más problemas de memoria. Para peor, el tren que se toma todas las mañanas para ir y volver del trabajo pasa (y se detiene) justo frente a la casa donde vive Tom con su actual esposa Anna y su pequeña hija. La casa que la misma Rachel compró años atrás. 


También es capaz de ver por la ventana del tren a una pareja que vive a unas casas de distancia, cuyos nombres desconoce pero que ella llama Jason y Jess. Ellos se ven como la pareja perfecta para Rachel, y simbolizan todo lo que ella tuvo y perdió. Los mira todos los días desde el tren y se imagina la vida perfecta que, en su mente, ambos llevan. Así transcurre la vida de Rachel, entre tren y tren y tomando gin tonic a las ocho de la mañana. Un día, mirando a "Jason y Jess" desde el tren, observa algo que la deja perpleja. Así se verá envuelta en un misterio en el que nadie sabe nada, donde las pistas llevan en caminos opuestos y la protagonista no logra recordar nada de lo que pasó, excepto que se levantó al día siguiente de los hechos cubierta en la sangre de... alguien. 

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La novela y la película son contadas no solo desde la perspectiva de Rachel, sino también desde la de otros personajes, que además narran en lineas de tiempo distintas. Cosas como "un mes atrás", "tres semanas antes" y cosas así abundan en el libro, mientras que en la versión cinematográfica se sobreentienden los cambios de tiempo. Lo malo de esto es que, al menos que ya te sepas la historia, te puede llegar a confundir un poco la película, más que nada sobre el final, cuando explota todo. Ese es el único punto débil que le encontré a la adaptación.

El ritmo de la película es algo lento, al igual que el libro, y las cosas se ponen intensas en los últimos minutos aproximadamente. Yo creo que el final le hace justicia a toda la obra, pero hay quienes no piensan así. 


Rachel, en el túnel en el que ocurre el principal misterio de la obra


Como adaptación de una novela, el trabajo está muy bien hecho. La esencia del libro, las sensaciones, el clima, la narración, el ambiente... todo está en mi opinión muy bien logrado y fiel a la obra original, o al menos como yo me imaginé todo. Destaco por un lado el trabajo de cámaras, que logra capturar a la perfección los momentos cuando Rachel intenta recordar los episodios de borrachera que tiene en blanco: escenas fugaces, borrosas y violentas. También me gustó que película tiene un tono gris casi todo el tiempo, que pega perfecto con el estilo de la obra y el ánimo de la película. 

Claro está, que al ser una película se quitaron algunas escenas. Estas escenas pudieron haberle dado una profundidad importante a los personajes, pero con lo expuesto en el cine uno puede perfilar a Rachel, Tom y los otros sin problemas. De todas formas, me gustó la película tanto como la novela y me alegra haberla podido ir a ver. No se si sigue en cartelera aún, pero aunque no esté, animo a todos los fans del thriller psicológico a verla. Es interesante, entretenida y te mantiene el vilo hasta el final.



Emiliano