domingo, 5 de febrero de 2017

"Pedro Páramo" - Juan Rulfo

Breve puntualización sobre los acontecimientos de la vida del autor:

Juan Rulfo, fue un brillante escritor nacido en Acapulco, México; aunque esta labor le causó el reconocimiento mundial como parte de los mejores escritores del siglo XX de habla hispana, Rulfo también se dedico a ser fotógrafo y guionista.



Nace un 16 de Mayo de 1917, y en sus primeros años de vida quedaría completamente huérfano, pues su padre sería asesinado y su madre moriría teniendo él cuatro años de edad. Tras estos hechos su familia caería en la ruina, por lo que el niño tendría que abandonar su hogar originario y mudarse, primero con su abuela a San Gabriel, y luego a un orfanato en Guadalajara desde sus diez hasta los catorce años.


Para 1934 ya había comenzado a escribir sus primeras colaboraciones literarias con una revista llamada "América", y cuatro años mas tarde, comenzaría a publicar sus cuentos en algunas importantes revistas literarias de la época.
En la obra literaria de Rulfo, hay por lo menos tres trabajos que le posicionaron en la cumbre del éxito literario y ellos son: "El llano en llamas", "El gallo de oro" y el asunto que nos trae hoy aquí "Pedro Páramo".

Sus obras son caracterizadas por una mezcla de realidad y fantasía que se sucede en ambientes campestres y pueblerinos de México, de la región de Jalisco, la misma que lo vio hacerse muchacho, pueblos tales como: Sayula, Talpa, San Gabriel, Mascota, Zenzontala, Talpa, Apango, etc.

El Mexicano muere el 7 de enero de 1986, no sin antes ser galardonado con grandes premios literarios, como el Premio Nacional de Literatura o el Premio Príncipe de Asturias.



Un pequeño y humilde análisis entre mezclado con la reseña de "Pedro Páramo":

La novela comienza con los relatos en primera persona de un joven cuyo nombre no conocemos hasta llagar a una parte avanzada de la novela: Juan Preciado. Tras la muerte de su madre, decide por por su encargo buscar a su padre, un gran terrateniente poderoso llamado Pedro Páramo, en el pueblo de Comala. Se puede decir que Juan Preciado va a Comala en busca de su padre, lo que simboliza claramente que va en busca de su origen, de su historia.

Dicha historia es una historia de poder, donde Juan Preciado puede oír voces que no deberían estar allí según los principios de la racionalidad, ver gente que no debería ver, personas que están muertas. Son esas mismas personas que construyen el relato y nos ayudan a imaginarnos como era Comala antes de que todos murieran. Ellos narran desde las tumbas del camposanto, desde las calles y los lugares ya abandonados. 


Juan Preciado se corresponde con la situación del pueblo de Comala ya que también muere en un momento determinado; tras estar sometido a la atmósfera agobiante. Ésto significó la pérdida de alguna forma de la ilusión que tenía con respecto a Comala: pensar en encontrar una ciudad con grandes valles verdes y encontrar finalmente un desierto sin personas, sin nada. Podemos decir entonces que Juan Preciado muere al no encontrar comunidad, al darse cuenta que todos están muertos. Por ello, Juan Preciado muere (simbólicamente) por la pérdida de ilusión, mimetizándose con el resto del poblado.


De Pedro Páramo, podemos saber que es un terrateniente de familia del mismo estigma, por lo que podemos concluir que no vio otra realidad desde su nacimiento que ese modo cruel de vida, pero que sin embargo, mantiene un cierto cariño por lo menos con dos personajes en la historia: su hijo Miguel Páramo y Susana San Juan, su amor.


Miguel es retratado como un joven problemático, preso de sus caprichos, a quien su padre siempre salva de los inconvenientes que él mismo produce en Comala. Éste joven es acusado de violación a la sobrina del padre Rentería al menos en dos ocasiones, aunque nunca llega a saberse si realmente era él el culpable (aquello queda mas bien, creo yo, a la interpretación personal del lector). 
Miguel Páramo termina muriendo joven, acto que amarga la vida de su padre. 

La segunda persona de interés de Pedro Páramo fue sin duda Susana San Juan. Era hija de otro poderoso, con la cual Pedro se casa para mantener alianzas de poder y de la cual se termina enamorando. Susana, según los otros personajes, termina abatida por la locura que le produjo el vivir con el mujeriego, cruel y déspota de Pedro Páramo, y termina muriendo. Desde aquel momento podemos ver el claro abatimiento de Pedro, quien comienza su declive final, dejando todo a la suerte del destino como una forma de dar su venganza final contra el pueblo de Comala. Cuando Pedro Páramo muere, el resto del pueblo y las esperanzas de que alguna vez pudieran ser considerados mueren con él.

 

El contexto y la temática

La revolución mexicana de 1910 marcaría un gran crecimiento de las ciudades en aquel país, dejando relegados los pueblos lejanos como Comala. Al ser zonas marginales, la revolución no habría podido solucionar los problemas de las mismas. Por tanto en la obra se plantean diversas temáticas: el abandono del gobierno de los pequeños pueblos sumidos en la miseria, la violencia que representa el mismo Pedro Páramo (pues el poder que sigue en manos de ricos y poderosos) y el papel de la institución de la iglesia. De una forma u otra las almas quedan penando en Comala, lo cual nos podría revelar las convicciones del autor sobre la iglesia, que no fue capaz ni siquiera de brindarle la salvación a esa pobre gente.


Esta obra es una de esas que necesita ser leída y releída por su potencial simbólico. La redacción de la misma no precisó de mucho tiempo, de hecho solo fueron algunos meses, ya que el autor se vio inspirado por su vuelta el pueblo de sus orígenes:

"No había escrito una sola página, pero me estaba dando vueltas a la cabeza, y hubo una cosa que me dio la clave para sacarlo, es decir, para desenhebrar ese hilo aun enlanado, Fue cuando regresé al pueblo donde vivía, 30 años después, y yo lo encontré deshabitado (...). La gente se había ido, así. Pero a alguien se le ocurrió sembrar casuarinas en las calles del pueblo. Y a mí me tocó estar al pie de la Sierra Madre. Y entonces comprendí yo esa soledad de Comala, del lugar ese"
 Juan Rulfo.

Lo maravilloso de la novela es la innovación técnica para el momento y las circunstancias desde la perspectiva narrativa que posee. Una mezcla de un lenguaje poético y el habla popular entrelazado en la obra, que luego fue un clásico recurso del autor, su tradición narrativa.


Una novela en donde Rufo nos deleita con el uso del tiempo: los sucesos no están dados en forma ordenada, sino que se van dando dependiendo de quien sea el personaje que los cuente, es el lector quien luego tiene la tarea de ordenarlo en su mente. La obra exige al lector mucha atención por el tema de los saltos cronológicos que posee. Si bien no cuenta con capítulos, es fragmentaria: se compone de 69 fragmentos en total, que permiten que el lector pueda concebir temas centrales y secundarios prescindibles. De todas formas podemos dividir la historia en dos grandes campos, o fragmentos mayores, o partes. La primera son todos aquellos fragmentos en los que predomina la narración de Juan Preciado, con una narración cronológica en la que luego nos enteramos que se trataba de un diálogo cuasi monólogo que tenían Juan y Dorotea. La segunda parte son todos aquellos fragmentos que se corresponden con el tiempo de narración de Pedro Páramo.

La interpolación es el recurso estructural quizás más rico a mi parecer de la novela. Es la inclusión de los recuerdos o pensamientos que los personajes tienen dentro de la obra. Une el discurso completo, pero al mismo tiempo éstas (en este caso) son prescindibles, puesto a que podríamos sacarlos y la historia podría aun comprenderse a la perfección, pero estaríamos de alguna manera privándonos de conocer a fondo los recuerdos y pensamientos de los personajes, lo cual no nos permite deliberar mas con exactitud la personalidad e historia de vida de los mismos. Es interesante la interpolación cuando expresa los recuerdos de los personajes, porque bien podemos decir que eso es Comala, un montón de recuerdos, un pueblo que ya no es pueblo, y que solo vive en el recuerdo de sus personajes.

La narración se sucede en muchos momentos como una construcción oral que surge a partir de la interacción de los personajes, habitantes de Comala. Es interesante observar como oralmente se va formando la historia del pueblo, de Pedro Páramo y de todo lo que a él le pertenecía.


Los personajes muertos, sin duda actúan como si estuvieran vivos, lo que al comienzo confunde de alguna manera al lector.  El hecho de que todos en Comala sean almas que vagan, deriva también de la creencia popular que admite que quienes sostengan el pecado en sus vidas, permanecen vagando hasta que las oraciones de sus seres queridos los rediman. Claramente los sucesos y la situación de los personajes son una grata y precisa mezcla de realidad y fantasía. El lector se encuentra  al comienzo en exactamente en la mima situación que Juan Preciado: no sabe nada, tiene la misma ansiedad y dudas que él. Nosotros como lectores nos vamos enterando por lo menos en la primera parte de la novela al mismo tiempo que Juan Preciado sobre la historia de Comala y su padre. 


Pedro Páramo es la típica representación del terrateniente poderoso mexicano de la época, quien sometía a los habitantes del pueblo pues era dueño de todo cuanto se veía hasta el horizonte, y los habitantes del pueblo mantenían con él una relación un tanto parecida a la de vasallo-señor feudal.

Así culmina la reseña de este exitoso libro que sin dudas siempre nos da otra sorpresa cada vez que lo releemos. La fuente principal de donde me informé fue la 28° edición de la novela, una edición ampliada del 2015 de Ediciones Cátedra, Madrid.



Agustina