Este libro sirvió de inspiración para la película del mismo nombre que salió en el 2013
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Conozcamos a Sutter Keely o Sutterman, como él mismo se denomina. Un joven fiestero en su último año de secundaria que siempre lleva una petaca de whisky mezclado con 7 Up consigo y a quien le gusta llamarse a sí mismo "Filósofo de media noche" o "El borracho favorito de Dios".
Es una persona despreocupada que es bastante popular en su secundaria debido a su naturaleza extrovertida y amable. Uno puede llegar a pensar que este chico es el típico adolescente prepotente que sale a romper mobiliario público con sus amigos alcohólicos y/o marihuaneros. Pero la verdad es que Sutter es una buena persona en el fondo, además de tener sólo un amigo alcohólico/marihuanero y ningún interés en destruir mobiliario público.
Sutter tiene una filosofía de vida particular: Vivir el presente, el momento, el espectacular ahora. No se preocupa por el pasado ni por el futuro, sino que sostiene que la vida está formada por una serie de momentos que hay que saber disfrutar. El problema de su forma de vida es que no conoce la palabra compromiso, lo cual le da muchos problemas con su novia Cassidy, con quien ya lleva ocho meses.
Cassidy está buscando un futuro para su relación y eso es algo que Sutter no puede darle, por lo que le da un ultimátum: O comienza a preocuparse por los sentimientos ajenos antes de los propios o puede ir olvidándose de ella. Lamentablemente, aunque él tiene toda la intención de hacerlo, Cassidy lo termina dejando luego de un malentendido en el que lo vio con otra chica, cuando él solo estaba intentando conseguirle novia a su mejor amigo Ricky, el marihuanero que tiene interesantes teorías sobre el funcionamiento de la sociedad y del universo.
Luego de que terminara todo con Cassidy, Sutter sale borracho una noche en su auto, sintiéndose algo solo luego de que ésta se consiguiera a otro chico mucho más responsable que él y de Ricky dejara de salir con él tan seguido de fiesta luego de haberse conseguido novia (irónicamente, con su ayuda) y termina inconsciente en el patio de la casa de una chica que fue su compañera de clases, aunque él no la recuerda. Esta chica es Aimee Finicky, una chica algo nerd de grandes anteojos amante de los caballos y la ciencia ficción que toma clases de cálculo avanzado y estaba a punto de comenzar su ruta de distribución de periódicos por el barrio cuando se encontró a Sutter tirado en el frente de su casa.
Sutter se ofrece a ayudarla para poder en el camino encontrar su auto pues no sabe donde lo ha dejado y luego de pasar un tiempo con Aimee se da cuenta de que esta muchacha es un desastre social: Carece totalmente de sentido del estilo, es demasiado tímida, complaciente y deja que tanto amigos como familiares la mangoneen. El borracho favorito de Dios se decide entonces a ayudar a esta pobre alma perdida a ganar algo de confianza en sí misma y a hacerse respetar. El problema está ahora en que se termine enganchando con Aimee y que luego no haya marcha atrás.
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Uno de los mejores libros que he leído este año sin duda alguna. Si bien por su trama, sus personajes y las situaciones que presenta puede ser que se le considere un libro del montón o uno similar al resto de libros románticos-cómicos-dramáticos para adolescentes que circulan por ahí, siento la necesidad de separarlo del resto por más de un motivo, siendo uno de ellos la sublime prosa del escritor: Tim Tharp tiene una forma de escribir, describir, explicar las cosas que realmente uno se siente parte de la historia, como que logra entender que pasa por la mente de sus personajes (no todos, sin embargo).
Considero difícil la tarea de poder crear a un buen adolescente como personaje literario. La forma directa, desenfadada y espontánea de ser de Sutter es típica de los adolescentes de su edad que se creen lo mejor del mundo. La forma de expresarse de Sutter no parece fingida, ni forzada, ni demasiado madura, sino que habla sin tapujos sobre sexo, alcohol y otras cosas como suelen hacerlo los jóvenes (además debemos recordar que este chico pasa la mitad del libro borracho, lo cual le afloja la lengua un poco).
Otra cosa que le saco como positiva al libro es que durante el mismo se dan unas reflexiones que son verdaderamente impresionantes, de esas que te dejan pensando. Tanto Sutter como su amigo Ricky tienen por costumbre ponerse a filosofar sobre la vida y el universo a las tantas de la noche, luego de haber estado bebiendo o fumando, y aunque estas reflexiones puedan parecer los desvaríos de un alcohólico (y es que lo son hasta cierto punto) retratan una línea de pensamiento de lo más interesante y graciosa. Tengo que resaltar la teoría de La capacidad de asombrarse de Ricky.
Sobre los personajes, debo decir que estuvieron desarrollados lo suficientemente bien como para poder entender más o menos las razones detrás de sus acciones. Estas acciones pueden o no estar justificadas, pero creo que con lo explicado alcanza, tampoco es que cuando leo un libro espero un análisis psicológico a fondo de cada uno de los personajes. Aunque creo que el personaje de Aimee pudo haber sido mejor utilizado o mejor dicho, más utilizado.
¿Qué más decir? Es un libro divertido, reflexivo, algo dramático y con partes de romance. Si bien el final es visto como abierto para muchos, desde mi punto de vista queda todo más que claro y cerrado al final.
Debo recordar que en el 2013 se hizo una película inspirada en este libro, de la cual sólo he visto el trailer y por el cual me parece que le dieron demasiado romance a la película, pero no estoy seguro.
Algo a resaltar sobre la película es que le inventaron un final que en el libro no existe.
Nos vemos :D
Emiliano Sáchez